Dr. Strange y la versión moderna de la "Leyenda de la Llorona".
El público común no tendrá sentido ver tanta cosa que no
encaja de una bruja o un ser iterdimencional creado este último con pliegos y que después no sabemos de él, nos traslada en travesías por mundos que no tienen sentido y en cuestión de segundos nos puede
dejar algo epilépticos si fuesemos fotosensibles. Gracias a los poderes del guión,
una niña perseguida por una bruja con un “poder” que ni ella misma sabe usar, y
que de un momento a otro todo ambas cambien mágicamente por voluntad propia mientras el principal
personaje de la película quede desplegado como un jugador de futbol dando el
pase para que anoten gol.
Esta es una película a la que pocos fueron invitados. Desde
un “director” se divierta con su opulenta arrogancia y visión profética de
zombies, hasta una compañía que deja de lado a tanto doctorado en títulos de
Marvel.
En este viaje fílmico que no va a ninguna parte, queda claro
que el negocio de los súper-héroes no es lo que el público pida, por lo que ya
está en decadencia para Disney después de terminar con Thanos.
Atribuir que fue un filme oscuro, sagaz, salvaje y
retorcido, es llenarla de flores para un estudio que está dejando de lado sus
propios principios y levante el ego al director. Seis versiones para quedar una
sola con un guion muy tasajeado incoherente y en momentos sin sentido. Claro,
Disney no aceptó que James Junn creara su villano “Starro el conquistador” en
“Escuadrón Suicida” y que pudo ser similar para su villano en Dr. Strange 2 con
“Shuma Gorath” que este a su vez estaría manipulando a Wanda y creara el caos
multiversal lleno de locura como así lo dicta la literatura Lovecraft con la
“Montaña de la Locura” y nos terminó dando un Gargantos dócil y
atolondrado, nada retador para dos
hechiceros supremos.
Los Illuminati terminan siendo parte a esta imposición de
personajes para que tengas presente quien estará a futuro en otra entrega
individual en su fiesta fílmica Marvel. Fue más el bum por ver esos “cameos” en
esta mal llamado: “multiverso de la locura” y por la que muchos terminamos con
cara de payaso. No demerito que no sea una película entretenida llena de
ficción y que cumple con su función, solo que te la venden con sello mejor que
“Rick y Morty”.
Por mi parte esperé un Dr. Strange místico, trascendente llegando a cumplir ser el
Supremo Strange ganando por meritos propios salvar el día con ese misticismo
que lo caracteriza. Llenar la pantalla con magia, crearnos mundos alternativos
y darnos un ejemplo de buen entretenimiento con una visión que desde un pequeño
intente similar y crear la fe para perseguir sus sueños.
No esta visión arrogante, egoísta de un director y Disney caprichoso.